La respuesta es SÍ a la Detección Precoz del Riesgo Nutricional en Atención Primaria

            La respuesta es SÍ al planteamiento del Grupo de Nutrición de la SoMaMFyC en su reciente Carta al Editor de Atención Primaria titulado Detección de pacientes en riesgo de malnutrición en atención primaria. ¿Podemos mejorar?. Marbella Piñera, Belén de Llama, María Teresa Jubete y Francisco Arrieta Blanco.
  Aten Primaria Vol. 47. Núm. 10. Diciembre 2015 , doi: 10.1016/j.aprim.2015.01.013.

Me ha alegrado que se haya adelantado a mi propuesta este grupo de compañeros de distintos Centros de Salud de Madrid y del H.U. Ramón y Cajal con un planteamiento totalmente pragmático y coherente con nuestro enfoque de lo que debe de ser la prevención de la Desnutrición Clínica, mediante el control del permanente riesgo que suponen la enfermedad y sus tratamientos.

La razón de este es hay mucho que mejorar, tanto en Atención Primaria como en A. Especializada ya que el riesgo provocado por la enfermedad o su tratamiento se refleja inmediatamente en el medio interno y puede cuantificarse mediante los análisis de rutina en la práctica clínica, con lo se puede disponer de un seguimiento directo de la capacidad nutritiva del caldo de cultivo que baña a las células, con acción directa sobre el trofismo celular.

Y el procedimiento es tan simple como implementar una sencilla rutina en el sistema informático del laboratorio, con lo que éste nos dará, en el informe de cada análisis solicitado con un perfil básico, un aviso del riesgo nutricional en que se encuentra el paciente. Nos da a conocer las inflexiones en la curva de evolución de la capacidad trófica del medio interno, ya desde que se inicia la alteración (distrofia) días o semanas antes de producirse la desnutrición medible por parámetros antropométricos, lo que implica agravación de la distrofia al grado de atrofia anatómica y funcional. Por cierto, esto está ya implementado hace varios años para muchos Hospitales y Centros de Salud de Madrid, pero no se ha activado.

Esta eficiente y sensible manera de monitorizar el proceso clínico nos da a conocer, también con la misma inmediatez, cuándo y en qué grado se produce una mejoría del riesgo a que se veía sometida la célula. Estos cambios positivos suelen coincidir con alguno de los apreciados en la sintomatología clínica y, por supuesto en ambos casos, adelantándose en días o semanas a las modificaciones antropométricas que se pudieran detectar, en caso de repetirlas semanalmente, lo que resulta inviable.

Esta mejora puede deberse a que se ha aumentado el soporte nutricional o a que ha disminuido la presión trofopática ejercida por el proceso patológico y o los procedimientos terapéuticos que se venían aplicando.

Por la misma razón, tanto en pacientes agudos como en crónicos, el conocimiento de una situación de riesgo nutricional cuantificado analíticamente, nos pone en alerta ante la indicación de medidas terapéuticas que pudieran empeorarlo, especialmente si no se preceden del adecuado soporte nutricional. Pensemos, por ejemplo en el paciente con sospecha por la clínica de indicación quirúrgica o de tratamiento agresivo en que, desde A. Primaria, detectamos en el perfil básico analítico, una situación de riesgo, ¿no tendremos que alertar al Especialista, médico, quirúrgico, anestesista o primero al nutricionista para evitar que aumente el deterioro durante las esperas?.

Ojala esta acertada carta, firmada por  cuatro representantes de la SoMaMFyC a la Editorial de  Atención Primaria sea el detonante que estimule el interés de las muchas Sociedades Científicas que han suscrito un consenso propuesto por la SENPE apoyando unos ineficientes sistemas de cribado nutricional basados en parámetros antropométricos y que solo detectan la desnutrición cuando ya está establecida y el daño consumado por el desarrollo de la consecuente atrofia anatómica y funcional que se ha estado tolerando antes de detectarlo.

Acerca de J.Ignacio de Ulibarri

Médico Internista y Endocrinólogo, actualmente dedicado a la mejora de los métodos de Cribado del Riesgo Nutricional y Clínico en el enfermo asistido. Objetivo: Detección inmediata y monitorización del Riesgo Clínico, derivado de la enfermedad y del tratamiento, controlando la homeostasis y capacidad nutritiva del medio interno para la célula
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